SAUDADES
Saudades.
… A Scarlett el amor de mi vida
PRÓLOGO
Saudades es el resultado de una larga retrospectiva que he realizado de algunas historias importantes que han sucedido alrededor de mi vida. En este pequeño libro que tienes en tus manos, quizás leerás alguna frase que te llevará a través de un vago pensamiento, a encontrarte con un bello recuerdo, un triste recuerdo, o solo con un recuerdo. Saudades, es el producto de aquellas historias que ahora me atrevo a contar, a plasmar en estas letras y cuyo único deseo es que, al leerlo, te transporte a un mundo de fantasía y realidad; tú decides.
¿POR QUÉ?
¿Por
qué tanto silencio en mi interior? Por qué tanta soledad;
por
qué tantas dudas que al final no me dejan; no me abandonan por más qua las
olvide.
¿Por
qué hay tanto de mí que desespera a mi alma, que desespera a mi vida entera
incluso la que ya se me fue?.
¿Por
qué existe en mí esta imposibilidad de ser simplemente feliz?
Observo
con angustia que ya nada es igual, igual que ayer;
que no encuentro calma ni descanso a mi vagar
por tantos recuerdos fallecidos.
¿Por
qué no puedo encontrar paz?; ¿por qué?
Hoy
he sentido un largo esperar de muchas cosas que al final, no llegan y yo deseo
esperarlas.
¿Por qué en la soledad escucho el eco de
aquellas tardes vestidas de gris?
Cuanta
incertidumbre por lo que daría por revivirlas, por abrazarlas.
¿Por
qué tanto tiempo pasó y no pude tocar tus anhelos?
Nada
he hecho por hacer renacer lo muerto.
¿Por
qué si hay en lo existente tantas razones de ver el presente como lo vi ayer,
por
qué me detengo en la carrera?
No
puedo sentir más que dolor; más que una vieja y lejana razón que no sé a dónde
me lleva,
pero
que sin embargo aquí quiero estar.
TU HUELLA
A Yadis…
El tiempo fue equivocado para ver a quien me amaba;
fue insuficiente y tenue para despertar en un sueño
que pudo ser.
Todo me hiere, hoy más que ayer; es como si todo lo
bello hoy fuese completamente oscuro.
Cuanto hubiera regalado por tocar tu mano, por pasar
mis dedos entre los tuyos;
y como amigos mirarlos en silencio; que no hubiera
dado por seguir eternamente
mirando tus ojos…tus ojos…tus ojos; no encuentro
como describirlos con mis letras,
aunque aquí dentro, en mi memoria, tengo grabado
como tatuaje tu mirada,
tan indescifrable como tus ojos.
Cuanto hubiese hecho porque esa misma sonrisa fuese
tan solo mía;
como los latidos de mi corazón son solo para ti.
Hoy no puedo conformarme con lo que jamás llegó, con lo que en un tiempo
me hizo soñar
algo que no existió, que no fue; algo bello que pasó
y como todo en la vida, me dejó su huella;
su tierna y única forma de ser, de hablar, de reír, ¿lo
recuerdas? Su manera de decir: me gustas.
Su hermosa sonrisa que otras desearían y por
supuesto, su manera de mirar,
de mirarme, por la cual hoy no soy el mismo.
UNA PERSONA
A la novia infeliz…
Una persona no es quien sueña ser, ni quien desea.
Una persona tan solo es el resultado simple de su
esfuerzo por querer.
Una persona no son sus pensamientos, ni su sombra:
no es una cosa bella
y admirable; no es lo que fue ni lo que será.
Una persona es simplemente lo que es.
Una persona no es su pobreza ni su riqueza; no es
una canción mucho menos un
hermoso poema; tan poco es como el sol en el ocaso,
ni como flores en el campo;
una persona es realmente quien se pregunta quién es.
Una persona no es la última palabra que de ella
escuchaste;
una persona es quien ha sido durante toda la
discusión.
No son sus errores; no son sus lágrimas; una persona
no es quien piensas
que no tiene corazón; una persona es quien erra y al
instante pide perdón.
Una persona es quien soporta lo que no es; es quien
llora por querer ser;
es quien ríe fingiendo ser.
Una persona no es quien sueña, ni mucho menos quien
desea.
Una persona solo es…lo que quiere ser y es.
EL SILENCIO DE MIS TEMORES
Escuché el silencio de mis temores preguntándome si
esto es amor.
Si lo que no veo me puede ver a mí, si lo que no
tengo me tiene a mí en su corazón.
Me escuché a mí mismo rogándome por dejarte libre;
por ser yo libre otra vez.
Nada más terrible que dejarte de amar, nada más
doloroso estar amando así.
Si estuvieras aquí,
dejaría de ser quien soy ahora;
dejaría de gastar mis
sentimientos en tratar de atrapar el tiempo, que no pasase más, ya no.
Cada sol sin estar tú,
es como cada pesadilla sin temor.
No, no es lo mismo que
estés a que no estés, no es lo mismo que estar amando así;
no es igual tu
presencia que tu recuerdo, no lo es.
Cada noche escucho el
silencio de mis temores decir: no es lo mismo y,
preguntándome si esto
es amor.
CUANDO CALLA EL CORAZÓN
A
Adriana Güiza…
Cuando calla el
corazón el sol quema más y la luna ya no sale.
Las cosas por
decir, se tornan en cielos infinitos; las palabras por gritar, se vuelven
estrellas de
esos cielos. El perfume de las rosas, se las roba el viento;
el viento se
pierde en sí mismo.
Cuando el corazón calla, calla el silencio virgen de un pensamiento prohibido;
Lo que siente en
el alma, se siente mucho más.;
del sufrimiento
el alma misma es llevada a la habitación de la agonía.
Si el corazón calla, calla el amarillo de las margaritas; callan las nubes del cielo,
el brillo de los luceros, la oscuridad de la
noche.
Si el corazón se calla, calla mi alma y si calla mi alma, calla mi vida.
Cuando calla el
corazón, es como si las palabras no existieran,
es como si Dios nos olvidara; es como cuando
queremos decir aquello pero no podemos.
Es como…cuando
calla el corazón.
PERDIDO
EN MIS SUEÑOS
A Alejandra Ortiz…
A veces quisiera despertar abrazándote;
sintiendo mi propia respiración en la ensenada de tu cuerpo.
Ver por encima de tu hombro tu mirada enternecida
por cada beso que hundo con
gracia en tu mejilla para verte reír.
Sentir mis pies acariciando los tuyos en
un forcejeo inocente que siempre gano yo,
pero que luego con toda intención…vuelvo
a perder.
Sentir tus cabellos con aroma a tu piel,
acariciarte;
encerrar tus manos en las mías envueltas
en tu pecho, cálido y entregado.
Sentir tu espalda en mi pecho, tu
cintura en mis manos;
despertarme de nuevo junto a ti.
Pero despierto y es otra mi realidad; la
cama es más fría ahora,
mis pies y manos también están fríos;
busco tu cuerpo, tus brazos, tu piel y no estas, ya no.
En cada ventana he estado imaginando que
regresas a lo lejos como en un día normal,
Hasta el olor de tu perfume, aún después
de tanto tiempo, me parece percibir.
Cada noche prefiero no pensar, no
extrañarte, no llorar; en las mañanas prefiero ya no aguantar.
Cada detalle de la casa me habla de ti,
de lo que fuimos, de lo que hicimos;
todo me arroja a un recuerdo crónico de un fantasma, de un pasado sin
presente,
de un adiós que me hace vivir solo y muy
lejos de ti.
…Pero cuando vuelva al Valle, le pediré
al Patrón, inclinado en una banca
de la Concepción, paciencia;
desenado aliviar un poco el recuerdo,
porque el sufrimiento lo he dejado atrás.
Huiré de tus ojos, huiré de tu calor, de
tu risa; de tu perfume y de tu voz;
de tu
forma de reír, de amar; huiré de ti.
Las calles de mi Valle serán testigo de
que me vieron caminar pero no te dirán dónde.
No le preguntes a la tarde si he estado
allí, mucho menos a la noche, pues no sabrán de mí.
LÁSTIMA QUE…
Hoy, después de mucho,
supe de tu recuerdo, de tus alegrías y de tus sueños.
Supe fugazmente de lo
que has hecho durante el tiempo en que empezamos
a olvidarnos y yo a
odiarte; bueno, la verdad es que ignoro sobre ti,
pienso que algunas
letras escritas, no dan razón de tus sentimientos,
de tus tristezas o si me piensas abrazada a tu
almohada, no lo sé.
Lástima. Lástima, que tus
sueños, jamás fueran los míos.
Solo pude procurar tu
orgullo y tus ganas realizadas de alejarte;
solo pudiste provocar
mi llanto y también el llanto de mi olvido,
aunque también pudiera
decirte, aquí, en un papel, que estoy llegando a olvidarte.
Lástima que el tiempo,
ya termine; me alegra, por Dios, me entristece;
no sé cuánto sea su
medida o su anchura; estoy saliendo;
emerjo de mis propios
rencores y tinieblas, más no se mi soledad, de allí no quiero salir, no voy a
salir.
Es la única que me acepta
como soy.
Lástima que ya no te
ame, aunque ya no quiera hacerlo;
no consigo volver a ser
el payaso que ya no ríe, que tan poco llora;
hoy mi presente es lo
que soy y no me duele; mi ventaja es que creo en Dios.
Lástima que me escribas
y no te responda, aún no quiero, jamás lo querré.
Que te quiera el Valle,
aún la hermosa Nevada; que te amé la brisa de Diciembre y toda su alegría.
Mi alegría es la brisa de mi soledad; lástima
que la no conociste, lástima que por ti llegó.
Lástima que los sueños
no se pueden realizar, al menos los que no sembrados por Dios en nosotros;
tal vez no hice lo
necesario ni tú lo correcto.
Al atardecer me siento
provocado por el silencio a llorar, pero resisto,
siempre lo hago, por
ello soy fuerte, aunque no siempre lo he sido.
Lástima que mi
sufrimiento poco a poco se haga invisible,
tal vez te duela, solo tal vez, a mí,…ya casi no. Lástima, en verdad, que lástima.
ME CONTÓ EL VALLÉ
Me contó el Valle que haces cosas para olvidarme.
Inocente corrió y con su lejanía me aconsejó que te olvidara.
Me contó que le pediste a la Nevada su grandeza,
pretendiendo tal vez
ser más que mi recuerdo y de una vez olvidarme.
Me contó que le pediste lo frio de sus aguas al
Guatapurí para no estremecerte al escuchar mi voz,
para no
dejarte lastimar de las canciones que te dediqué.
Que le pediste a la brisa de Diciembre toda su
alegría para no demostrar tu tristeza, también le
pediste todas
sus luces para no opacarte ante aquellos que preguntan por mi recuerdo.
El Valle me contó que pediste al cielo Decembrino un
momento de felicidad
para celebrar
en alguna noche, algún viejo recuerdo.
Que le pediste a las trinitarias del parque su
belleza tratando de mitigar tu seriedad tan inusual.
Me contó el Valle que a su gente le pediste amistad
para no sentirte tan sola; para reír de vez en cuando; para enamorarte quizás
otra vez.
Que pediste a la noche de tu barrio, una noche sin
recuerdos; un despertar como aquellos.
Que a la Plaza, le pediste una tarde diferente, con
niños y algodón de azúcar,
más no parejas a lo lejos, más no muestras de amores
sublimes y verdaderos.
Que de rodillas ante el Ecce Homo, lloraste dos
veces; una por mí y la otra, mi Valle lo ignora;
solo me dijo que fue esa vez.
Pero también me contó mi Valle, que le pediste valor
para olvidarme; en un momento siento miedo,
porque tienes todo lo que se te ha pedido; ahora
puedes vivir; pero el Valle vio en mi un enorme vacío;
un vacío desconocido como el futuro; un vacío que
jamás podré llenar, que jamás podré saciar.
Me contó el Valle, que aún me amas, como yo a ti.
OPERA AL CÉFIRO
Deseo no ser yo; anhelo ser cualquiera. Me despierto
cada día tratando de auscultar
entre tantas
ruinas pasadas y presentes en mi vida; pero jamás lo he hallado.
Busco desesperadamente, como el pez en la arena busca
el mar, una fracción de mí que me ayude a
entender lo que soy; que me ayude a aceptarme.
Entonces, toco a mis obras y ninguna responde; toco
a mis intenciones y nunca las hubo;
a mi amor; a la fe; no la había, pues como el viento
pasó invisible.
Me construí entonces para escapar y con todas mis
metas a medias, un gran castillo;
si, un
escondite, como el sepulcro de los muertos donde solo “viven” ellos y su
silencio en nuestro olvido.
Y era yo y mi silencio en mi castillo de fracasos
que por momentos ya perdido
en la vida, creí tesoros. Solo, al fin verme, era
algo; no sé qué, pero era algo;
era algo convertido en alguien solo por desear no
ser yo; por querer ser quien deseo.
Me despierto cada día en mi castillo hecho de nada
tratando de escudriñar entre tantas
ruinas
presentes y pasadas, mi vida, pero jamás la he hallado.
TAN REAL COMO
DIOS
¿Qué es real? ¿Lo es el brillo de las estrellas en
las noches de Diciembre?
¿Lo es el mar
y toda su infinidad hermosa y profunda? ¿Qué es real?
¿A caso lo es la palabra Amor? ¿O lo es la palabra
con la cual te llamo?
Dime tu amor mío, ¿qué es real?
Dime tu que me has dado el amor que Dios hizo para
mí;
el amor que no había conocido hasta que te amé;
hasta que te vi.
Allí, en ese instante, comprendí, cuan hermosa era
la vida que me dio mi madre;
cuan reales son el mar y el brillo de las estrellas,
las palabras amor mío.
Me viste que te veía, y hoy te amo más que ese día,
a ti, solo a ti, que res tan real como Dios.
CUANDO TE FUISTE
Sentí…simplemente lo que es estar muerto, sin
esperanza, sin nada.
Era yo y al mismo tiempo…nada. Cada noche veía con
temor llegar.
Quería poder siquiera dormir.
Sin recuerdos, sin canciones a lo lejos que me
trajeran tu recuerdo, tu voz, tu perfume.
Quería despertar y no desear dormir para no tener que encontrarte también en mis sueños.
Aunque siempre
tu mirada me reproche por lo mismo y yo acceda a huir siempre con la
misma respuesta,
te juro que te quiero; pues, aunque pienses que no logro comprenderte,
si logro
sospechar en lo oculto de mi corazón, que eres tu mi más bello sueño.
En ocasiones, me
confunde tu sonrisa adornada por la miel de tus labios; pero logro soportarlo.
Luego, quien me confunde, es el roce de tus dedos con los míos y esta vez
ya no quiero superarlo; ya no quiero huir,
porque a la larga, siempre vuelvo.
Me confunden tus
ojos en los míos, ojala siempre pudiera verlos, escucharlos decir lo que
ocultan,
lo que guardan quizás para mí; quizás no.
Aunque no te
entienda y siempre creas que huyo de ti, puedo comprender que tú eres mi
alegría,
que tal vez algún día, bien no pudiera vivir
sin verte.
Entiendo que en mis noches frías, solo tu pensamiento es mi calor;
solo el recuerdo
de tu respiración en la mía; es mi paz y tranquilidad;
que solo tú
nombre es mi más dulce sueño y sueño contigo más que ayer.
Aunque digas que
no te entienda, no logro ocultar las diferencias por el pasado que
sigue siendo mi
presente, del cual, triste y confundido, no quiero escapar.
Aunque no entienda tus tristezas pasadas, comprendo lo que siento.
Querer a mis
deseos sería hacerte rechazar los tuyos y de tal obra capaz no sería.
Si, no te comprendo; pero te quiero. Entiendo que amar de verdad,
es al final lo
único importante, lo más importante.
Aunque no te
comprenda, te quiero y siempre mírate segura de que te estaré esperando,
incluso más allá
de la luz del sol, pues aunque no te comprenda, te quiero.
ANTES DE MORIR
Antes de morir, te diré muchas y
tantas cosas; cosas que siento y las que no siento aún.
Te diré con mis ojos iluminados con mi amor de antaño, lo mucho que te necesito para volver a
la vida, para ver de nuevo el amor; ese amor que tu mes has dado
y que hoy no puedo dejar de amar.
Antes de morir, te diré al oído casi sin aliento y rodeados del silencio de una noche gris,
lo que significas para mí y para mi presente; lo mucho que eres para mí caminar y mi estar;
te confesaré cuanto tiempo te amé y de verdad. Te diré lo feliz que fui por haberte mirado aquella tarde y lo dichoso que estuve todo el tiempo en que fui tu amigo y tu mi amiga; en que tú me quisiste y yo te amé; en que tú me amaste y yo te adoré. Antes de morir, te miraré por última vez como jamás lo había hecho y después de besarte…moriré.
HE SOÑADO…
He soñado contigo muchas tardes de mi vida que hoy te recuerdo como algo bello e inexorable. Entonces te veía como no lo puedo hacer hoy, y hoy cuanto lo quisiera. Eras tú y yo era; eran los mismos “te quiero” y a veces iguales “te amo”. Eras tú la de mis sueños. Hoy que el tiempo pasó y los recuerdos batallan por resucitar, tú eres real. Eres la niña que soñé y yo el hombre que soy hoy. Todo parece tan desigual, tan fuera de tiempo, tan ajeno a mis recuerdos. He soñado encontrarte en otro tiempo, sin manchas ni borrones; donde pudiera encontrar, más allá de la belleza de tus ojos, la verdad de tus labios, la verdad de tu inocencia, la sinceridad de tus sentimientos. Entonces verte frente a mí y comprobar tu amor, aclarar lo que el corazón escucha y escribir algún punto final a una historia si lo quisiéramos. Hoy recuerdo todo el tiempo que te vi, para poderte ver, ya que no sospecho cuando te verán mis ojos. Todo es tan difícil hoy.
El tiempo nos separa para los demás; la distancia, hace lo mismo con más temor que coraje; y, el amor que invita a perseverar, lo veo en ocasiones gris y débil. ¿Pasará sobre ti? ¿Terminaré como algún recuerdo fugaz de un inmenso y agradable capricho?, me suelo preguntar en mi soledad. He soñado que todo es un sueño bonito y que como todo sueño en cualquier instante acaba. He pensado que no eres la niña de mis sueños; que no hay un amor sincero y perdurable; que estoy viendo a través de una lluvia gris y fría. Cuanto quisiera que el tiempo no nos separe como lo hace; cuanto desearía encontrar en ti, no un fracaso más, no una decepción más a mi vida; un imposible; porque eso es lo que somos excepto para los dos. ¿Porque todo tiene que ser tan difícil?; ¿acaso valió la pena todo lo pasado? Jamás quisiera pensar que no.
Entonces quiero pensar en ti cuando pase el tiempo; pudiera ser para ti, tan largo o tan corto, solo Dios lo sabe, Él que nos ha permitido encontrarnos, en el tiempo equivocado diría yo. Lamento todo lo sucedido en aquel tiempo oscuro para los dos donde la lluvia mojó lo que era tan frágil; donde el viento arrasó lo tierno, donde la distancia y el recuerdo hoy nos castigan más que ayer. Hoy, eres la niña cuyo corazón proclama amor; yo, alguien que no quiere perder nada de lo que ha conseguido. Solo el tiempo dará la razón o algo que hoy todavía no ha sido y que me angustia por momentos pensar en lo que quieres y yo en lo que quiero. Solo el tiempo me dirá si es real el sueño que contigo he soñado.
PERDIDO ENTRE NADA
Al
Cura, Juan Carlos Martínez
Caminé hasta que ya no pude más; un
episodio tenebroso de mi vida
exhalaba sus dos últimos alientos.
Encontré lo que no había buscado:
la nada; lo que tanto había anhelado no pudo
ser jamás más que una añoranza; más
solo fue un sueño.
Llegué no sé a dónde, no sé cómo,
aún me pregunto ¿por qué?
El camino en el que anduvo mi alma,
la llevó al ocaso; y del crespúsculo al amanecer
se perdió sin dar razón de su
ausencia.
No pude llorar pues un mortal sin
alma no ríe y si no ríe no llora.
En el tiempo en que yo vagaba por
la nada de la soledad,
junté mi corazón con el olvido efímero de
tristes recuerdos y con ello provoqué que el infinito
sepulcro de la ignorancia venciera
a duelo mi sosiega inteligencia.
El tiempo fue testigo de lo que no
fue; de lo que hoy ya no me duele recordar,
aunque algunas veces me hace
llorar.
Al final del camino, no encontré
final; no encontré reposo, solo pude y no por mis fuerzas,
respirar el aire de la derrota que
asfixia a los hombres que surcan sus destinos sin dirección.
No había luces; la oscuridad no
era, el silencio se transfiguró en duelo,
el alma renunció a la vida, la vida
misma renunció a vivir.
En un instante, ignoro cuando, me
vi a mi mismo perdido entre nada,
entre vacíos que me gritaban sin
voz lo que fui, lo que soy.
Escuché el llanto del viento en mis
ojos y sentí con mis manos las tinieblas espesas de la soledad.
Era mi soledad, la de nadie más.
Quise por un momento que me pareció
infinito, despertar, pero me di cuenta que no era un sueño;
quise dormir y olvidar pero no
pude; el olvido mismo caducó mis sueños y mi realidad;
Cansado pues, renuncié. Renuncié a
nada, pues nada tenía; solo yo y mis temores;
mis temores que eran más que yo. ¿y
quién era yo?
Un alma sin alma, una vida sin
vida, un ser sin ser.
Renuncié a caminar sin sentido, sin
dirección; renuncié a no seguir cargando el peso de mis cadenas,
las cadenas de un céfiro gris y sin color.
No quiero seguir a donde no sé;
quiero despertar pero no es un sueño;
quiero soñar pero no estoy despierto.
Ya no quiero caminar,
pues caminé hasta que ya no pude
más; me perdí en mi propio yo,
mi yo se perdió en mí, se perdió en
la nada.
SEPULCRO DE CRISTAL
A Liliana (Q.E.P.D)
Ya no ríe la que lo hacía con hermosa sonrisa…
Ya su voz no se pierde en los rincones ocultos de
esta casa.
Ya sus ojos no brillan como ayer; no brillan hoy.
Ya su alma, alma se volvió.
Ya no corre, ya no juega, ya no es ella.
En su rostro se refleja la tristeza. Ya no ríe.
Ya no mira como diciendo mucho, como diciendo nada.
Es ella y no es.
Ya no habla. No la escucho. No le veo.
Solo en mis recuerdos te veo reír.
Ya no canta, ya no está alegre, ya no está triste.
El tiempo pasa y ya no está; ya no está y el tiempo
pasa.
Ya no respira el aire de la vida, ya no.
El corazón ya no palpita. Sus ojos ya no ven.
Su voz se apagó. Sus labios no son.
La rosa más hermosa del jardín de Aurora se ha
marchitado.
Dios la ha arrancado.
Ya no se siente venir la niña de mis ojos;
su llama se ha apagado y con ella pedazos de mi
vida.
Cascadas de llanto, baúles y cofres de sufrimientos.
No se escucha su risa, se escucha mi llanto, se
escuchan preguntas.
Ya no estas, aunque aquí te siento.
Ya no te veo, solo en mis sueños.
Ya no quiero la vida, si ya la vida se me fue.
Quiero recordarte aún en la realidad;
y en tu sepulcro de Cristal, hermosa niña,…
poder verte dormir por siempre.
INTENTARÉ BUSCARTE
Otro día; otra
mañana que intentaré buscarte y seguramente no te hallaré.
¿Cómo es posible
que olvides todo lo bello que ha sucedido? ¿Cómo fue posible?
Mi corazón no
entiende, te juro que no.
Los errores del pasado,
te impiden perder el orgullo y renunciar, a mí,
me impide
desfallecer y olvidarte. No puedo.
Dime tú si no me
extrañas, dime si estoy en tus recuerdos, si me olvidaste.
Si aquellas
tardes de jueves en la Plaza Alfonso López, se han borrado de tu mente;
Dime si ya no me
amas.
Pues, ¿cómo
olvidarte y olvidar que te amo? Ahora más cuando ya te has ido;
ahora mucho más
cuando estoy casi muerto.
Sentido, nada
tiene sentido, ni el calor, ni el frío, ni la lluvia,
ni la creciente
del Cesar, ni mis ojos manchados por tanto llanto.
Quisiese vivir
siempre en el pasado, para volverte a conocer,
quisiera vivir
siempre en el presente, pero contigo;
quisiera vivir
siempre el mañana solo con tu amor,
despertar
siempre a tu lado, soñar en tus sueños,
pero no morir en
tu indiferencia y el olvido como ahora muero porque ya no estas.
Otra tarde;
regreso a mi barrio cansado de buscarte entre mi vida normal
esperando soñar
contigo haber sino fue en vano mi búsqueda.
Las luces de los
postes marcan el inicio de otra larga noche en garupal donde te conocí,
donde te amé,
donde,… ¿Dónde estás?
Otro día; otra
mañana que intentaré buscarte…
ARREMPENTIMIENTO
Desde muy temprano, incluso hasta en mi último sueño
que fue el primero,
he tratado de buscar las palabras precisas, con las
cuales puedas
escuchar y sentir los ecos de mil arrepentimientos
que alborotan mi corazón.
He tratado de mil maneras, unas no tan racionales
pero forma al fin,
de encontrarte; si, de encontrarnos como un día te encontré
y tú me conociste; y entonces no tener temor como el
que
sacude mis palabras ahora, sino, sentir alegría, esa
misma
alegría convertida en realidad oscura desde el día
en
que te hice marchar.
He tratado de hacerte volver; de volver a mí; de
encontrarte
una tarde igual que esta, igual a aquella, no me
importa; pero encontrarte al fin.
Trato insistentemente y aun no estoy cansado, de ver
un día contigo;
que mis mañanas ya no estén tan secas y marchitas;
ni mis tardes
tan grises y lluviosas.
He tratado de hacerte volver para que mi
arrepentimiento huya con tu llegada
y así mis mañanas sean fértiles y alegre como tu
risa, como tú;
y que mis tardes sean puestas de soles rojos, al
lado de tu presencia: tierna
y dulce como el beso de una madre; tu presencia que
para mí, es la mejor del mundo.
Desde muy temprano, frente a esta fría mañana y
después de que la tarde que pasó
me mojara con sus lágrimas, he querido enviarte
estas palabras,
precisas y llenas de arremetimiento, escritas en una
hoja seca que lleve
el viento hacia a ti y allí pedirte que por favor no
me dejes morir.
Trato de pensar en donde estarás; imagino que con
migo, pero es una ilusión.
Yo estoy aquí; cansado un poco de la lluvia que moja mis hojas secas
donde cada mañana, desde muy temprano, incluso en
mis últimos sueños que
sigue siendo el primero, trato de buscar las
palabras precisas para…
PARA AMARTE NACÍ
Cuando tu voz se apague en lo hondo del vacío, en el
vacío del silencio;
cuando nada halla para recordarte, cuando todo lo
tuyo me abandone
y cuando me dejes mirándote a lo lejos, entonces te
amaré.
Cuando ya me hayas olvidado y yo no esté en tus
recuerdos;
cuando no preguntes a Dios por mí y ni un solo
pensamiento
tuyo sea para mí, entonces te amaré.
Te amaré aunque no me ames; aunque no sea yo;
aunque yo no sea; te amaré aunque mis venas se
cierren y mi corazón se asfixie.
aunque yo muera cada segundo, agónico por mirarte,
yo,…te amaré.
Porque lo esencial para vivir es amar; por eso te
amaré.
Porque amarte es la única libertad que tengo.
Porque cada día ruego, suplico verte; porque cada
noche, ansío soñar contigo;
porque todo lo que puedo ser, lo puedo solo en ti.
Te amaré, porque para amarte nací.
ENTRE OSCURO Y CLARO
Pues si bien busque alegría, encontré miles de tristezas
escondidas entre mis anhelos.
Descubrí un tesoro oscuro, y hoy solo quiero
tirarlo, esconderlo de nuevo, una y otra vez.
Mi vida casi caducaba por mi orgullo, por la
soberbia tan intrínseca como mis cabellos.
Por poco mis demonios me vuelven loco;
casi me arrojan a una locura insospechada por mis
pensamientos.
Era algo tan gris, tan simple, tan doloroso; tan
real a mi triste realidad.
Algo que quería arrancar de mí como el tiempo
arranca al primer amor,
como la distancia desgarra a dos corazones.
Mucho tiempo vivía así; viviendo para morir;
tratando de no ahogarme en mi orgullo;
desesperándome por ser tan fuerte
como los cerros de la Nevada, como las piedras del
Guatapurí.
Pero alcé mis ojos clavados en mí mismo y vi al que
siempre me ha visto;
sacudí el polvo de mi cuerpo y a Él, a Dios, rogué
por un poco de fuerzas
para vencer mi terrible cansancio, pues busqué
alegría,
y encontré miles de tristezas escondidas entre mi orgullo.
TE BUSCARÉ
Voy a buscar en el fondo de la nada, un amor como el
tuyo.
Voy a buscar un amor tan parecido al tuyo, que tú y
él, sean el mismo.
Un amor en cuyo pecho pueda lamentar no haberle
conocido antes.
Donde pueda reír por haberle hallado.
Un amor distinto a los demás; envidiable por los
demás y deseados
por aquellas humildes almas que aún existen;
que esperan a un amor como el tuyo, como el que yo
busco.
Voy a buscar a un amor que no me prometa nada;
que no me nada; que no muera por mí;
que no me cele; que no me admire; que no sueñe
conmigo.
Voy a buscar un amor que sencillamente… me ame.
Voy a busca un amor que se parezca al tuyo; tan
igual, que tú y el sean uno solo.
Voy a buscar a un amor para que mi primer
pensamiento en la mañana
y el último en las noches sean para él.
Te buscaré, aún el fondo de la nada, donde ha estado
media de mi vida.
Te buscaré en el otro lado de mi orgullo, a la
vuelta de mis esperanzas.
Te buscaré aunque tenga que renunciar a mí, aunque
tenga que amarte como no quiero.
Aunque tenga que morir una y otra vez, te buscaré.
Porque voy a buscar en el fondo de la nada a un amor
como el tuyo.
SOBRE TUS PASOS
Muy temprano
salí a olvidarte; quiero olvidarte,
encontrarme con
tu recuerdo y convertirlo en un fantasma.
Salí no sé a
dónde, no sé a buscar qué; solo quería alejarme de tantos
espejismos que
me mostraban donde habíamos estado; el peor de ellos,
la tristeza de
tu casa, o ¿mi cuarto?, la verdad lo ignoro.
A ratos caminaba
lento, después, apresuraba el paso como si bordear
el parque Garupal
fuera tan fácil.
Desde no sé
dónde, llegaban hasta mi mente dardos de anhelos,
también de
tristezas, también de alegría.
Me devolvían al
ayer que era nuestro presente y que hoy tal vez lo busco
solo por estas
calles sin pavimento, llenas de jardines hechos de piedras
bien escogidas y
adornadas con la risa de los niños que
juegan esperando
que se haga de
noche para esconderse entre ellos.
Camino ahora sin
temor por tus mismos pasos; por los mismos andenes
de la Esperanza
por donde todos los sábados en la noche rondábamos,
incluso susurro
tus palabras al pasar por aquel jardín de donde siempre tomaba para ti una
flor.
Ahora no sé dónde
estoy; tal vez lejos mi casa,…eso sí lo sé; pensando en tus recuerdos,
recordando tus
pensamientos. Ya es de noche; ya nace lenta pero seguro estoy de que traerá
consigo
otros recuerdos. La brisa se hace cálida
como en cualquier barrio al norte del Valle.
Las luces de los
postes empiezan a alumbrar mis pasos.
No quiero
regresar por el mismo lado, deseo perderme en mi propio camino de regreso a
casa,
¿o de regreso a
la tuya?
Estoy frente al
parque que más te gustaba; veo la banca que preferíamos;
miro a mi
izquierda y me imagino en frente de mi casa sentado bajo el árbol escribiendo
algo;
miro al otro
lado y veo la calle y al final el color de tu casa; pero al igual que ayer
seguramente como mañana, estaré frente a mi casa escribiéndote una vez más algo como esto.
POR NO SOPORTAR
¿Cuál fue mi
defecto? ¿Amarte? ¿Tratar de olvidarte?
Porque
buscándote entre tantas opciones, no me encuentro todavía con la respuesta.
A veces siento y
pienso que no fui lo suficiente para ti,
después reflexiono y me convenzo que tú no fuiste
para mí lo suficiente;
en algunos de
los casos, la verdad es que ya no estamos; no estamos por las
calles de mi
valle sintiendo en nuestra piel el viento cálido y apacible que perfuma nuestro
amor;
no estamos; ya
no más en mi cuarto, a solas, yo dentro de ti y tu sobre mi pecho.
Ya no estamos
más.
¿Cuál fue tu
defecto? ¿Amarme?, no, eso sí lo sé, de sobra lo sé.
Tu abandono;
ojala nunca te hubieras ido; no así, después de tantos años,
de tanto
sufrimiento, pero también de tantas alegrías…te alejas.
Hoy mi cama me
pregunta por tu calor, mi cuerpo pregunta por el tuyo;
mi soledad por
tu compañía.
Una luna en
Valledupar pierde su hermosura y, si no estás, las noches en tu barrio ya no
serán.
Huele a
Diciembre y mi vida sin ti…seguirá, pero no por el mismo rumbo,
pero no por los
mismos sueños.
¿Por qué? Responde.
Yo de sobre lo sé, tú quizás no.
Pero a mi valle
le hago la promesa inexorable de no
morir, de no ahogarme
en mi soledad,
de no quemar en el llanto la vida que Dios me ha dado;
esa será la
respuesta a tu abandono…a tu alegría…a tu adiós,…por no soportar.
DE SOBRA LO SÉ
Vago. Que soy un
vago sin sueños e ilusiones como la gente normal;
que no me
esfuerzo por salir de la miseria en donde nací y que nunca
he logrado nada
en mí desgraciada vida; todo eso te dicen, te aconsejan,
te lo gritan;
que no puedo aspirar más que ser un soñador de realidades
vacías, sin
sentido, que anda vagando por las noches en busca de la
muerte,…si
supieran que es por ti.
Si, tienen
razón. No soy como quisieran que fuese;
mis sueños no
son sueños, mis realidades no son sus realidades;
mí única
realidad eres tú, mi único sueño,…solo tú.
Me gusta beber,
celebrar con mis amigos sus triunfos y derrotas…
más…sus
derrotas; me inclino por el gusto a devaneos que no me llenan,
que no me hacen
feliz; porque solo tú me haces feliz.
Sé que mis
dificultades me superan y juro que a veces siento morir,
es entonces
cuando te llamo en mis amargas madrugadas de sábados
en frente de un
estanco acompañado de la mirada de mis vales, mis hermanos.
Sé que si
encuentro la muerte por estar rondando tu barrio en la moto de mi mejor amigo,
es por verte, y
si no, al menos observar la luz encendida a través de tu ventana.
Sé que quizás no
te merezco y a alguien más te han de escoger como novio
para ejemplo de
tus primas.
Sé que tengo
muchos vicios, el mayor de ellos, amarte con toda mi vida,
esta vida que no
es desgraciada como todos afirman; mi vida, si tu permites,…será para ti.
Ayer pasé por el
río y al contemplar sus aguas en ese momento calmadas e invitadoras
a un baño,
recordé aquella vez que te escapaste de la U para verte conmigo; las aguas
cristalinas de
Hurtado vistieron nuestra desnudes y afirmaron nuestro compromiso
de amarnos para
siempre.
Hoy que el mundo
me trata de asfixiar, encontré en tu amor puro y correspondido
el soporte de mi
vida, el impulso de todos mis cambios.
Sé que no soy un
tipo malo; sé que tu amor me ha convertido en alguien diferente, lo sé.
Sé que vivo
ahora por una razón mayor que yo,…tú.
Sé que soy como
soy, de sobre lo sé; y sé que a pesar de mis realidades,
solo tú eres la razón por la cual quisiera
seguir existiendo.
Te amo y eso,…de sobra lo sé.

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